¡No! De hecho, la rúcula es una excelente aliada para la salud hepática. Esta hortaliza es rica en clorofila, un pigmento natural que protege las células del hígado ante toxinas perjudiciales como las aflatoxinas.
El papel de la rúcula en la protección del hígado es fundamental para prevenir el daño del tejido y las células hepáticas. Este efecto puede reducir el riesgo a sufrir de cáncer de hígado porque las aflatoxinas figuran como una de las principales desencadenantes.
Ahora que ya conoces que la rúcula es buena para el hígado, te vamos a informar de algunos de sus beneficios y contraindicaciones más destacadas.
Beneficios de la rúcula
Favorece la salud ósea
La rúcula es una hortaliza con un buen aporte de calcio y vitamina K que lo convierten en un excelente alimento para nuestra salud ósea. Gracias a su contenido en calcio, su ingesta ayudará a mantener nuestros huesos fuertes y saludables además de incrementar su densidad.
Además, por su contenido en vitamina K, el consumo de rúcula podría reducir el riesgo a sufrir fracturas y prevenir enfermedades relacionadas con los huesos como la osteoporosis.
Excelente para tu salud cardiovascular
Otro de los destacados beneficios de la rúcula además de ser buena para el hígado es que gracias a su contenido en potasio, es un excelente alimento para reducir la presión arterial.
El potasio es un vasodilatador natural que aumenta el diámetro de las arterias y por ende, reduce la presión arterial.
Contraindicaciones de la rúcula
Medicamentos anticoagulantes
Una de las contraindicaciones de la rúcula es que su consumo no está recomendado en personas que estén bajo un tratamiento con medicamentos anticoagulantes como la Warfarina ya que la vitamina K que aporta la rúcula podría contrarrestar o anular los efectos del medicamento.
En caso de estar bajo algún tratamiento con medicamentos, consulte con su médico antes de comer rúcula.